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Mística sin final feliz: la locura argentina en USA

  • Foto del escritor: Sofi Pisano
    Sofi Pisano
  • 9 jul
  • 3 Min. de lectura

Los equipos argentinos dijeron presente en el Mundial de Clubes 2025, y aunque los resultados en la cancha no fueron los soñados, el impacto que dejaron fuera de ella fue tan potente como una bombonera en llamas o un Monumental explotado.

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Ni Boca ni River lograron superar la fase de grupos, algo que para muchos fue un baldazo de agua fría, para otros simple mala suerte... y para otros tantos, un lujo verlos en una competencia que no es habitual para el fútbol sudamericano. Pero más allá del resultado, dejaron una huella bien marcada, bien argentina, imposible de ignorar.


Boca encendió Miami: azul y oro hasta en la sopa

El Xeneize reventó entradas en el Hard Rock Stadium y convirtió a Miami en una sucursal de La Boca. Malls, playas, restaurantes, shoppings: todo se tiñó de azul y oro. Los hinchas no sólo coparon la cancha, también dejaron su marca cultural en cada rincón de la ciudad. Desde banderazos improvisados hasta el clásico "Dale Bo" retumbando en altavoces ajenos, Boca no pasó desapercibido.

Y eso que el contexto no ayudaba. A días del debut, Miguel Ángel Russo volvió al banco, tomando las riendas de un equipo que llegaba con poco rodaje. Entre rumores, fichajes que se caían y otros que se confirmaban (como el regreso de Leandro Paredes, ahora sí oficial), Boca trató de reinventarse sobre la marcha. ¿Lo más llamativo? La confirmación de que Hard Rock Café será parte del nuevo proyecto de renovación de La Bombonera, buscando fusionar cultura futbolera con experiencia turística para los fanáticos que visiten el templo boquense.


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River no tuvo Miami... pero sí Seattle y Los Ángeles

Mientras Boca paseaba por las playas de Florida, River fue enviado a lo que muchos hinchas bautizaron como “el culo del mundo”, más cerca de Canadá que de cualquier centro mediático. Pero eso no detuvo al pueblo millonario: los banderazos en la costa oeste fueron épicos, desde hoteles que se tiñeron de rojo y blanco hasta playas con mate y picadas pre-partido.

En cancha, el equipo de Marcelo Gallardo mostró momentos de buen fútbol, pero una seguidilla de amarillas contra Monterrey condicionó al plantel para el duelo clave contra el Inter de Milán. A eso se sumaron lesiones y una que otra polémica arbitral. Pero el mensaje fue claro: el amor por la Banda Roja sigue intacto, y como dijo Gonzalo Montiel en zona mixta: “La mística del fútbol argentino no se negocia. Todos quieren volver”.



Lo que viene

Para River, los ojos ahora están puestos en la Copa Libertadores, donde el equipo comienza su participación en octavos el 14 de agosto. Boca, por su parte, apuesta a reacomodarse en el torneo local con refuerzos de jerarquía y un proyecto institucional que ilusiona a sus hinchas.


¿Y el balance final?

Tal vez no fue el Mundial de Clubes que muchos imaginaban. Tal vez duele verlos eliminados tan temprano. Pero si algo quedó claro es que cuando los equipos argentinos cruzan fronteras, la fiesta, el folklore y la pasión viajan con ellos. Y eso, no lo borra ningún resultado.

La próxima edición ya se empieza a palpitar… y como siempre, los argentinos estarán listos para copar todo. Porque si hay algo que no se discute, es que en cada rincón del planeta donde haya una pelota rodando, habrá una bandera celeste y blanca flameando al ritmo de un bombo y un grito de gol.

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